miércoles

Solía escribir versos para quien sabe quién.
Escribía cosas lindas, interesantes, infantiles, para quien las leyera.
Hasta que llegué a un punto en que mi escritura se volvió cruel y triste.
Para todos; para mi, para ti, para ella, para el.
Fue entonces cuando dejé de escribir y comencé a dibujar.
Solía dibujar en un principio líneas al azar, que luego se transformaron en formas, paisajes, personas, hojas.
Jamás hice un dibujo a color, aunque tal vez recuerde uno.
Pero luego comencé a dibujar gente destrozándose, paisajes rotos, figuras sin cabeza.

¿Es que a caso todo lo que creo debe ser transformado para mal?

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