lunes


Dame sólo una excusa para no salir corriendo, 
para quedarme, quizás, permanecer. 

Sí,
la extranjera
que nuevamente no puede permanecer en un lugar, cuando sabe que en realidad no pertenece a ninguno.
¿Y qué importa que se vaya nuevamente? 
Siempre lo ha hecho, y no lo dejará de hacer solo porque inventes una excusa para que se quede. 
¿Qué importa que se quede esta vez? 
Nunca ha hecho más que tratar como muñecos a unos,
perjudicar a otros, 
humillar a unos cuantos, 
acostarse con otros tantos 
(y seguir dando asco, y seguir perdiendo brillo, y no tener nada que dar y por eso nada que perder.)

El fin justifica los medios.
El fin justifica los miedos.

(y ahí te quedas nuevamente sentada con esas palabras plasmadas en la piel, 
palabras que no te las puedes sacar de la cabeza, 
pero que aún así las disfrutas, 
porque simplemente es lo que eres, y no puedes huir de eso.)

¿Y crees que por eso quiero huir?

- shhh silencio, silencio en la tierra y en las nubes, silencio en la corte que la extranjera va a hablar-

No sé por qué quiero huir,
pero esta vez mi huída será brillante, 
digna de ser escrita, 
digna de al menos ser plasmada en tus ojos, 
para que la menos esta vez si los abras.

Pero silencio...
Silencio.

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