miércoles

Seristsu

(Un hombre y una mujer, están uno frente al otro, mirándose, pero no próximos. Están a una leve distancia, pero no tanta como para comunicarse por medio de gritos. Están sobre algo muy alto, que podría ser cualquier cosa: muchas sillas apiladas, cajas, o incluso un puente. Pueden estar sentados o parados. Él es de mediana edad, posee buen físico, pero no tanto como para hacer gala de ello. Aparentemente es fuerte, o demuestra una seguridad inusual, como si fuera capaz de contener el universo en sus manos. Ella, por otro lado, es muy delgada. Sus manos, sus pies, su cuerpo en sí dan un aspecto que está al límite entre la fragilidad y la delicadeza. Pero todo contrasta con su mirada; como si fuera a saltar sobre tus hombros a rasguñarte como un felino. Ambos están vestidos del mismo color, y quizás de la misma manera. La luz se enfoca solo en sus caras y en sus torzos por lo que no podemos ver con claridad sobre qué están, cómo están vestidos, si hay algo detrás, etc.)

ÉL: Dijiste que había que hacerlo.
ELLA: Dijiste que teníamos que hacerlo.
ÉL: Tenemos que hacerlo.
ELLA: No puedo hacerlo.
ÉL: ¿Y por qué...?
ELLA: Porque no quiero hacerlo.
ÉL: Bueno, con eso me queda claro todo.
ELLA: ¿y tú, quieres hacerlo?
ÉL: Da lo mismo, querer... hacer. De todos modos debemos hacerlo.
ELLA: ¿Qué ganaríamos?
ÉL: ¿y qué importa?
ELLA: Importa, porque no deseo hacerlo. Pero si ganara algo... quizás eso me convencería, o lo haría más ameno.
ÉL: ¿y qué quieres ganar?
ELLA: No lo sé. Un viaje al universo, un tabú dejando de ser tabú, un libro prohibido, un secreto tuyo.
ÉL: No tienes nada que saber de mi. Solo soy esto, lo que ves.
ELLA: No estoy segura de ello... en realidad te veo sólo el rostro. Quisiera ver más allá... (Da un paso hacia adelante)
ÉL: (grita) ¡NO!

(Se escucha un murmullo, como de mucha gente hablando en voz baja, a la vez)

ELLA: pero... ¿Por qué?
ÉL: Porque solo soy un rostro en la oscuridad.
ELLA: pero tus ojos...
ÉL: ¿Qué se supone que dicen mis ojos?
ELLA: Que escondes navíos lejanos. Y tu rostro...
ÉL: ¿Qué dice mi rostro?
ELLA: Que lanzas suspiros de acróbata.
ÉL: Tú no sabes nada.
(Silencio.)
EL: Tú no me conoces... tú no me conoces.
ELLA: Si te conosco. Tú estás aquí, frente a mí, queriéndo decirme algo, que en realidad no puedes expresar con palabras. Intentas expresarlo con el cuerpo, pero el maldito foco sólo nos muestra el rostro. (Ríe.)
ÉL: Quizás es eso... o quizás debe haber algo más.
ELLA: ¿Algo como qué?
ÉL: Algo como... que yo tampoco quiero hacerlo.
ELLA: Entonces no lo hagamos.

(Se escucha un murmullo lejano, de muchas personas)

ÉL: ¿Ves? Debemos hacerlo. Siempre hemos buscado en vano los ojos enloquecidos, ¿por qué ahora negarles todo?
ELLA: (Nerviosa.) No quiero, no quiero, no quiero.

(Se escucha un murmullo más cercano, como si todos estuvieran gritando una palabra innentendible. El foco poco a poco comienza a ampliarse, para mostrar sus cuerpo.)

ELLA: (A punto del colapso.) Si lo hago moriré, se secará mi voz, y me volveré invisible.
ÉL: Eso no sucederá. ¡Será algo distinto!
ELLA: (Sollozando.) ¿Cómo será?

(El murmullo comienza a escucharse cada vez más cerca, y claro)

ÉL: No habrá puerta de salida, pero el viento desplazará los planetas, hasta que lentamente te comienzas a perder entre ellos, como una nota que florece en las alturas del vacío. No hay bien, ni mal, ni orden, ni belleza.

(El murmullo toma forma, comienza con un: “Que...” pero el resto es aún indescifrable.)

ELLA: (Comienza a llorar.) No habrá arriba ni abajo, ni murmullos ensordecedores.
ÉL: Solo habrá una voz.
ELLA: La nuestra.
ÉL: No importa si lo haces eternamente, con tal de que escapes.

(El foco los muestra a ellos, claramente, de pie, el uno frente al otro. Se escucha el murmullo, que más bien es de un público, que pide claramente: ¡QUE- CAI-GAN!)

ELLA: Buscaremos un rincón del cielo donde guarnecernos de la lluvia.
ÉL: Para quemar a los ojos que nos miran.
ELLA: Para...
ÉL: Caer.

(Ambos dan un paso hacia el frente, y caen hacia la oscuridad. El público aplaude, silba y grita de euforia, como si éste fuera el final del acto de los trapecistas que tanto estaban esperando.)

1 comentario:

La niña mala de la Historia dijo...

Es muy bello Roxanne.
-"Buscaremos un rincón del cielo donde guarecernos de la lluvia"
-"Para quemar a los ojos que nos miran"
Mi fragmento favorito.